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Regina (Cuauhtemoczin):

“Al tiempo que se acrecentaba su percepción extrasensorial, ... recababa cuanta información podía sobre la historia de México, no tanto la relativa a las narraciones oficiales y comúnmente conocidas del pasado de esta nación, sino a sus gestas y epopeyas legendarias, a lo que es su historia sagrada. Fue así como conoció la verdad de lo ocurrido en 1968.
El centro del telúrico movimiento que en ese año sacudiera al planeta había estado en México.
La fuerza que generara dicho movimiento era de carácter espiritual y el propósito específico que le guiaba era el de reactivar la dormida conciencia de los dos volcanes más sabios y poderosos del país ... Popocatepetl e Iztaccihuatl, con objeto que estos tomasen a su cargo la tarea de propiciar el surgimiento de una nueva y luminosa era para todos los habitantes del planeta.
Una mujer excepcional llamada Regina era quien había dirigido los rituales conducentes a lograr el despertar de los volcanes. Esto había requerido de su personal inmolación, así como del sacrificio de 400 personas más, lo cual había ocurrido en Tlatelolco el 2 de Octubre de 1968.”
“Hombres que quieren ser”: Antonio Velasco Piña